sábado, 8 de junio de 2013

Haciendo geocaching entre trincheras

Es increíble pero muchas veces ignoramos los lugares que tenemos más cercanos, bien por desconocimiento o bien porque como están cerca ya los veremos en algún momento, que de ahí no se van a ir.

En mi caso, que como creo que ya he dicho en alguna que otra ocasión, me gusta visitar zonas con restos bélicos, arqueológicos o en los que se ve reflejada parte de nuestra historia, desconocía que a apenas diez kilómetros de casa todavía se conservan (a su suerte, eso sí) restos de la guerra civil que padeció nuestro país en los años treinta del pasado siglo. Una parte bonita de hacer Geocaching, además de la implícita, es que se conocen sitios interesantes. En esta ocasión, adelantando acontecimientos, no encontré el cache final por los motivos que ya leereis, pero el paseo visitando búnkeres y trincheras mereció la pena por sí mismo.

Ruta por el Parque Regional de Sureste.

Perfil de la ruta, aunque haremos la mitad.

En el término municipal de Pinto tenemos el multi-cache Cuniebles [GC11AD8] Este multi se basa en ir recopilando información de cuatro búnkeres utilizados en la batalla del Jarama, situados en el Parque Regional del Sureste y, con estos datos, calcular las coordenadas del lugar donde está escondido el cache final, en los aledaños de la cueva Cuniebles. En esta cueva se encontraron restos datados en la Edad de Hierro y se cree que los primeros asentamientos de Pinto se dieron en la zona.

Primer búnker, en posición dominante.

Para llegar al primer "punto caliente", es decir, el primer búnker con el cual comenzamos a realizar el cache, tenemos una caminata desde el lugar de aparcamiento del coche de unos dos kilómetros más o menos. El recorrido es por un camino de tierra, fácil de realizar aunque supongo que en época de lluvias se pondrá en mal estado. La verdad es que la caminata en sí tiene poco interés. Caminamos buena parte del camino siguiendo el curso del arroyo Culebro que no destaca por su buen olor.

Primer búnker y trincheras.

Una vez llegados al primer búnker y tomados los datos nos vamos desplazando por los otros tres haciendo lo mismo. Los búnkeres, en general, están en buen estado, aunque la entrada a alguno de ellos es angosta y la vegetación en primavera obstruye el paso. Entre el primero y el segundo se va bien campo a través, simplemente orientándote con la brújula, sin tener que regresar al camino aunque está cercano. Hay que tener cuidado con las trincheras  que conectan los búnkeres. Hay muchas, como se puede ver en la foto satélite, y en su mayor parte están cubiertas por vegetación. Una caída en ellas puede ser peligroso y más si vamos solos.

De camino al segundo búnker, siguiendo las trincheras.

Del segundo al tercer búnker la cosa se complica un poco. Hay sembrados y no hay camino (al menos yo no lo vi) habilitado, con lo cual tienes que ir buscándote un poco la vida. Yo seguí la línea central de trincheras y cuando estuve lo suficientemente cerca, crucé a trocha, en un clásico de mis salidas montañeras cuando no sé por dónde tirar. Quizá este tercer búnker es, de los cuatro, el peor conservado. No sé si sufrió algún tipo de impacto de artillería o si, simplemente, por el tiempo se ha ido deteriorando.

Campo abierto a tiro del segundo búnker.

Y hasta el cuarto búnker un poco más de lo mismo. Hay que salir del tercero a trocha y luego con la brújula te puedes orientar bien hasta su posición teniendo cuidado con las trincheras, repito.

El cuarto búnker

A mi hay dos cosas que me impresionan en este tipo de restos: una es contemplar la visión que tenían los soldados defensores desde las troneras. Imaginar a estas personas apostados con una ametralladora y ver las pocas opciones que tenían los soldados atacantes del otro bando al aproximarse a ellos a campo abierto. La segunda es el sonido ensordecedor que se tenía que padecer allí dentro en los momentos de batalla. Muros de hormigón muy gruesos; tamaño reducido del búnker. Los que sobrevivieran tenían que quedar con los oídos muy tocados.

Lo que se ve desde la tronera del primer búnker. La tronera cubre, aproximadamente, entre 140º y 160º

Una vez con los datos recopilados y las coordenadas creadas, si no te has equivocado, nos envía a los aledaños de la cueva Cuniebles. Desde el búnker número cuatro debe haber sobre un kilómetro más o menos, ahora sí, por camino. Cuando llegamos a la zona de la cueva hay que tener cuidado. El acceso a la misma, y a la situación del cache es algo complicado, por no decir peligroso. Hay unos barrancos que si caes por ellos te tienen que sacar, y no sería capaz de decir si saldrías con o sin vida. La verdad es que a mi me pudo la prudencia, especialmente al ir solo, y no me arriesgué a llegar al punto que me daban las coordenadas para buscar el cache. Así que di por bueno el paseo y lo visto y volveré en otra ocasión acompañado. Camino de regreso, desandando lo andado, y para casa.

Creo que esta ruta es mucho mejor hacerla en bicicleta, andando no se puede decir que sea aburrida, ni mucho menos, pero no hay zonas de sombras prácticamente y estas cosas se llevan mejor sobre el sillín. Importante llevar calzado apropiado, nada de salir de una boda e ir a buscar caches por la zona. También es imprescindible el agua, no encontraremos una gota al margen de la del arroyo, y no creo que quieras bebértela. También gorra si hace calor y sol, o lo pasaremos mal. Vamos, no es una ruta de montaña, pero tampoco hay que ir de domingueros.

La posición de los cuatro búnkeres, y su red de trincheras.
Fauna y flora de la zona.

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