sábado, 27 de diciembre de 2008

WOW, se terminó la aventura.

Dos meses, esto es lo que ha durado mi suscripción al World of Warcraft.

El juego, durante las dos últimas semanas, se me ha ido haciendo cada día más monótono. Las misiones cada vez más repetitivas y los largos paseos recorriendo el mundo de una punta a otra para completar misiones más aburridos a cada momento.

Económicamente no creo que los 70 euros que me habré gastado, aprox., durante este periodo entre el juego y las dos expansiones, más el mes de suscripción que he pagado, estén mal empleados ya que en un principio disfruté con el juego, y me enganchó. Un juego recién sacado al mercado normalmente cuesta unos 50€ y suelo tardar mucho menos tiempo en terminarlo que lo que he pasado jugando al WOW.

Esto también es un primer paso para comenzar a aplicar lo que comentaba en mi anterior texto sobre cosas pendientes para hacer el año que entra. Los últimos dos meses cada vez que tenía un ratillo era para jugar al WOW, siguiendo el pensamiento de que si pagaba una suscripción, no me iba a poner a jugar a otros juegos.

Mi personaje ha sido enterrado habiendo llegado a nivel 43, descanse en paz.

A ver con qué es lo siguiente que me engancho...

lunes, 22 de diciembre de 2008

Propósitos y deseos.

Finaliza un año más, el que viene daré el salto a los cuarenta, la mitad de mi vida calculada a ojo.

No me gusta ni lo he hecho nunca, no me van las listas de deseos o metas de final de año, pero voy a hacer una excepción y quiero plantear unos cuantos objetivos y dentro de doce meses ver hasta dónde he llegado.

Es una lista sin orden ni concierto, un "brainstorming" de las cosas que tengo pendientes o que me apetece hacer.

  1. "Cuando toque la guitarra eléctrica que deje de sonar a culo". De esto ando muy lejano, la verdad. En Septiembre retomé las clases de guitarra después del verano, es mi segunda "temporada". Juan, mi profesor, comenta que los dos primeros años son de sonar a ejercicio, luego te empiezas a soltar y suena cada vez mejor. No sé, la falta de tiempo de que dispongo para dedicar al ocio cada vez es mayor y no solo basta con ir a clase, luego hay que meter muchas horas estudiando... Veremos a ver con el tiempo.
  2. "Terminar de programar uno de los dos juegos que tengo a medias para el Spectrum". Desde que finalizamos el Sokoban, ando junto con los compañeros metido en otros dos juegos. Menudo trastornado diréis, que programa juegos para ordenadores obsoletos.
  3. "Retomar la costumbre por salir a caminar a la montaña". Por lo menos una vez al mes, que menos. Ya que no puedo salir con los compañeros de Trotamontes debido a que los lunes, que es cuando ellos van a caminar, yo trabajo, por lo menos dar un paseo mensual aunque sea solo, cosa que me encanta.
  4. "Leer más". Cuando trabajaba de noche leía una media de un libro cada dos o tres días. Sin llegar a esa exageración, me gustaría al menos leer uno a la semana o cada diez días. Tengo pendientes varios que me han ido regalando en los últimos tiempos.
  5. "Esos juegos pendientes..." Tengo varios juegos, de las diferentes consolas que poseo, pendientes de terminar, y en algunos casos empezar a jugar. Entre ellos el Resident Evil Zero o el Zelda The Wind Waker de Game Cube.
  6. "Ordenar todas mis colecciones virtuales". Esos miles de ficheros entre fotos y música, que antes teníamos en papel o cd's, ahora ocupan gigas y gigas de disco duro sin orden ni concierto. Toca ordenarlos. Las fotos las tengo más o menos clasificadas, me falta meterlas al iPhoto. Con la música es más ardua la tarea, los MP3 se reproducen como conejos y tengo megas y megas de basura de esa que te piden los amigos, que no la escuchas nunca, pero que las guardas "por si acaso". Limpia.
  7. "Ordenar las colecciones no virtuales". Una de mis aficiones es coleccionar ordenadores y consolas con añitos a sus espaldas, de los 80, cuando empecé a meterme en ese mundo. Tengo que catalogar todo el software y hardware que tengo. Parte ya está, pero queda bastante por realizar.
Lo que he escrito en siete puntos en un rato es tarea complicada, la falta de tiempo es la que mata cualquier cosa. Cuanto te pasas todo el día en el trabajo, solucionando problemas, llegas a casa y no te apetece hacer nada. Todo llegará cuando pueda dejar de meter horas al trabajo, salir en hora y poder dedicar la tarde a lo que gusta hacer.

Ahora a esperar un año a ver qué he realizado y qué se ha quedado en el camino.

domingo, 23 de noviembre de 2008

La Adicción de World of Warcraft

Uno de los vicios que mantengo habitualmente son los video juegos. Menos de lo que yo querría por mi falta de tiempo libre, pero esto no evita mi partidita diaria antes de irme a dormir.

Llevo un mes jugando a World of Warcraft, quizá el más famoso juego online del momento. Esto no tiene nada de especial, un juego más, pero un juego que ha hecho que tenga dos temas rondando mi cabeza. No voy a entrar a explicar de qué va WoW, ya que una búsqueda en Google nos arroja más de 53 millones de resultados.

Lo primero que me inquieta es la adicción que causa. Yo he estado enganchado a varios juegos a lo largo de los años que llevo jugando, y esto sucede desde el 82 que me llegó mi primer ordenador, un ZX Spectrum. Por enganchado me refiero a invertir dos o tres horas/día al juego hasta que lo termino, y nunca a diario y dejando de hacer otras tareas por esto. Ha caído agua desde entonces.

La pregunta que me hago es qué tiene un juego para que esto suceda. Más con el handicap añadido que supone tener que pagar todos los meses una suscripción de 13€ y conexión a internet, y que si se te cae la conexión no puedes jugar. Esto se acentúa cuando existen juegos del mismo estilo y de diferentes precios, por ejemplo Sacred, que pagando únicamente por el programa deberías tener una experiencia si no igual, sí similar.

Yo no tengo la explicación para este efecto, pero el resultado es evidente. Once millones de personas jugando a WoW alrededor del planeta.

La segunda viene dada por la primera y la falta de tiempo que tenemos. Hoy he leído en Libro de Notas una entrada que me ha dejado perplejo. El texto en cuestión habla sobre los profesionales del juego, esas personas, orientales en mayor medida, que están jugando todo el día para conseguir recursos y luego venderlos a cambio de dinero real por internet. Hay empresas dedicadas a esto y por supuesto, ya que hablamos de unos paises marcados por la explotación laboral, con personas que están jornadas de muchas horas jugando a cambio de un pequeño sueldo que apenas les da para comer.

Si hay que entenderlo como un negocio y el dinero que genera, lo que no puedo entender es a las personas que para mejorar en el juego no dudan en comprar estas mejoras. En mi opinión desvirtuan toda la satisfacción que te puede llegar a dar el jugar y conseguir por ti mismo los objetivos. Si no tienes tiempo, y no puedes disfrutar de las sensaciones que te provoca estar inmerso en el juego ¿para qué juegas?

Y ahora, que he sacado diez minutos para escribir cuatro líneas y que esto no se convierta en otro blog muerto más, me voy a jugar un rato al WoW, a ver si subo de nivel ;-P

domingo, 1 de junio de 2008

iMac y Win

Tercera entrada consecutiva en la que escribo sobre Apple y su iMac.

Me considero un usuario de Windows no tanto forzado pero sí obligado. En el trabajo, al ser el sistema corporativo, tengo que estar mi jornada laboral lidiando con este software de Microsoft. Y digo lidiando, porque después de acostumbrarme a la sencillez y estabilidad de Mac OS X, me cuesta trabajar con las "ventanas".

En casa tengo un portátil con Win XP, que apenas doy uso por el mismo motivo. Pero si una cosa me llamaba la atención de los iMac, equipados con microprocesadores Intel desde hace un par de generaciones, era la posibilidad de instalar Windows, tanto XP como el engendro ese que llaman Vista, de forma nativa y poder elegir en el arranque si queremos trabajar con Mac OS X o con Win.

A mi Win solo me hace falta para alguna cosa menor. El programa de conversión de partidas de NDS, utilidades que utilizo para preservar software de ordenadores de 8 bits, y sobre todo antes de tener Mac, para jugar. Esto último lo he suplido con las consolas, que al fin y al cabo para eso están. Pero siempre te pica el gusanillo con ese juego que no está más que para PC, o un shooter más cómodo de jugar con ratón que con el pad de la consola.

Pues unos días después de recibir el iMac nuevo me he puesto a trastear con él, y a meterle un XP a ver como va eso, más con ganas de experimentar que de otra cosa. Apple nos ofrece la utilidad Boot Camp para este menester.


Esta utilidad es sencillísima de usar. Nada más arrancar nos propone particionar el disco duro para hacer sitio al nuevo sistema operativo. Esto es tan fácil como arrastrar un marcador a izquierda o derecha, aumentando o disminuyendo el espacio de la partición. El programa nos advierte de que hagamos copia de seguridad de nuestros datos, por lo que pueda pasar, pero esto es algo obvio siempre que queramos tocar las particiones de un disco duro.

A continuación nos pide el disco de instalación de Win, y comienza el proceso. En la instalación deberemos seleccionar la partición creada, que está claramente indicada como Boot Camp, formatearla con el sistema de ficheros FAT32 o NTFS a nuestro gusto (esto es obligatorio, aunque al particionar automáticamente se formatea, si no formateamos de nuevo con el programa de instalación de Win, la instalación fallará).

Después solo queda esperar a que se copien todos los archivos al ordenador. Una vez arrancado Windows introduciremos el disco de instalación que trae el iMac. Gracias al arranque automático se lanzará una aplicación que instala todos los drivers necesarios para que Windows pueda trabajar con el hardware que trae el iMac, incluído el mando, la cámara, teclas de función en el teclado, etc.

Y con esto, que se tarda más en escribir que en hacer, tienes un Windows, en mi caso XP, instalado en el iMac.

Rendimiento. No he pasado un benchmark, ni tengo ganas de hacerlo, pero la impresión es que el sistema va como un tiro. A continuación del sistema instalé un juego que, aunque con algunos años en las espaldas, requiere bastante máquina para tirar: Half Life 2.

A tope de resolución y con los detalles más altos, el juego se mueve fluído.


Así que de momento en mi iMac convivirán los dos sistemas operativos, aunque uno de ellos lo utilice solo para jugar...

Por tanto, si el argumento para no comprar un ordenador de Apple era la imposibilidad de usar el sistema operativo de Microsoft, bien porque hay programas exclusivos para Windows que necesitamos utilizar o ya sea porque nos gusta más este sistema, la excusa se terminó hace tiempo.

Y siempre nos quedan los emuladores de máquinas virtuales si no queremos ser "agresivos" con nuetro disco duro pero a costa de penalizar en rendimiento. Por un lado tenemos Parallels y por otro Fusion de VMWare. Ambos programas emulan una máquina virtual en tu MacOS X y puedes instalar el sistema operativo que te plazca, desde un linux, un win, o un dos.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Applemaniaco.

Es curioso, mi última entrada sirvió para contar que había dejado de lado los PC para pasarme a la marca de la manzana. Este texto, siguiente cronológicamente aunque bastante espaciado en el tiempo, es la certificación de que el paso dado anteriormente es acertado, y de que estoy convencido de que, desde mi punto de vista evidentemente subjetivo, la superioridad de Apple en cuanto a facilidad de uso, ergonomía y productividad es muy superior al resto. Por no hablar de diseño.

Llevaba tiempo dándole vueltas a las pocas neuronas que me quedan sanas sobre adquirir un nuevo ordenador. el iMac G4, se me estaba empezando a quedar corto. Si bien no me puedo quejar del rendimiento en general que me ha ofrecido durante estos veinte meses, es cierto que en algunas tareas ya empezaba a renquear. La reproducción de vídeos de paginas como Youtube o la navegación por webs muy cargadas y con partes en flash se hacían bastante pesadas. Incluso la nueva actualización de Gmail, correo que uso habitualmente, era bastante lenta. Aunque quizá uno de los pesos que ha hecho inclinar la balanza hacia la compra ha sido el tamaño de la pantalla, en la que pese a su calidad, ya me estaba dejando la vista.


Adquirir un PC lo tenía descartado desde un principio, pero el precio de los Mac la verdad es que causa un poco de respeto. Aunque bien mirado, comprar un PC con los componentes de la calidad que incorpora Apple a sus productos, tampoco es barato. Bueno, el sábado en un arrebato típico en mi de compra compulsiva, paseando por un centro comercial con Ludi vimos el iMac, dimos tres o cuatro vueltas como perros al árbol antes de mear, nos lo pensamos (poco), y a pasar por caja. Varapalo a mi ansiedad, lo tenían agotado en el centro, pero el vendedor, hábil, dijo que no había problemas, que lo localizaban en otra tienda y que el jueves en casa sin ningún gasto adicional. El jueves se ha adelantado a hoy martes y aquí estoy más contento que un pervertido sexual rodeado de muñecas hinchables.

Por un lado contento con la nueva adquisición, por otro un poco triste por dejar de lado la "lamparita", un ordenador bastante bonito y que voy a echar de menos encima del escritorio.


He hecho unas fotos al desembalar el iMac, no soy el primero ni el que mejores fotos ha tirado, que hay muchas cosas de estas por internet, pero me hacía ilusión dejar plasmada en imágenes la apertura del cacharro.

Friki que es uno.